¿Que sensación te da el cuerpo cuando te das cuenta que has metido la pata? En mi caso es un escalofrío que recorre de arriba a abajo toda la columna vertebral. Una sensación desagradable por lo que implica.
He preguntado a varios compañeros y esa sensación varía según la persona: sudores fríos o sofocones suelen ser habituales. Pero todos coinciden en el mal rato que se pasa. Alguno tiene la suerte de permanecer en calma, imperturbable (este llegará a viejo)
En un mundo ideal un profesional de cualquier ramo no debería cometer errores, y si los hiciera serían de pequeña o nula importancia. Pero en la realidad poca gente se libra de tener algún que otro "contratiempo" en su puesto de trabajo: el cansancio, desconcentración, presión, etc. ayudan a tener mas papeletas para que te equivoques.
En el caso de mi rama (Informática - Sysadmins) abundan las historias de borrar datos que no tocaban, reiniciar/apagar/borrar servidores equivocados, ejecutar tareas en una máquina con otro nombre y un largo etcétera más.
He vivido varias veces ese escalofrío, la mayoría por cosas poco graves y que tenían fácil remedio. Pero tengo en el recuerdo una ocasión en que la lié y de la cual aprendí varias lecciones que aplico desde entonces.
Ocurrió hace unos 15 años aproximadamente. Por entonces trabaja en una pequeña consultora dando soporte a varios clientes. Uno de ellos era una gran empresa y, entre otras tareas, parcheábamos su clúster proxy en el turno de tarde-noche. Ambas máquinas ejecutaban Slackware.
Ese día tocaba parchear las máquinas y yo quedarme en ese turno. Nunca había realizado esa intervención y tampoco había tocado un Slackware. Me pasaron un pequeño tutorial y listo. Parecía algo rutinario, sin mucha complicación.
Llega la hora e instalo el parche en ambas máquinas (primer error) y reinicio ambos equipos (segundo error). Las máquinas no volvieron a responder al SSH. Aquí llega el primer escalofrío mientras la cabeza va a 100 intentando buscar una explicación lógica a aquello.
El cliente llamó para quejarse porque sus empleados se habían quedado sin salida a Internet. Empiezo a ponerme nervioso.
Pedí al equipo informático de esa empresa que revisara los equipos a ver que les pasaba. "Están virtualizados, revierte el snapshot y ya está" me contestaron.
¿Virtualizados? Primera noticia. Y por tanto no había snapshot que valga.
Se había omitido esa información en el tutorial que me pasaron, pero eso no es excusa para no haberme informado bien y haber tomado las medidas preventivas básicas, ese fue mi tercer (y gran) error.
A las pocas horas el equipo informático del cliente recupero las máquinas desde una copia de seguridad. Algo en el parche rompió el sistema. Supongo que en los días siguientes cayó una buena bronca a mis jefes, porque inmediatamente nos retiraron dicha tarea.
La vuelta a casa de ese día fue de los más largos que recuerdo, tras ser consciente de los fallos que había cometido, volví a casa sintiéndome un auténtico inútil y esperando las consecuencias de aquel fallo.
Por suerte para mí, no hubo "represalias" salvo reasignar ese proceso a otro equipo. Me prometí a mi mismo que no podía volver a pasar, así que inmediatamente puse la prudencia por delante de todo lo demás: antes de cualquier actuación pedir toda la información, pensar en plan B por si sale mal y (sobretodo) tener copia antes de cambiar nada importante.
Lo curioso es que todo lo anterior ya lo había estando aplicando anteriormente, pero en aquella ocasión se me pasó por alto.
Cuento esta historia en las entrevistas de trabajo cuando me hacen la típica de pregunta de: "Cuéntanos tus mayores éxitos y mayores fallos". No me importa que lo sepan, porque para mi fue una manera de crecer profesionalmente, una cura de humildad y un punto de inflexión para trabajar mejor.
Y hasta hoy no he vuelto a tener problemas similares. Quizás tarde un poco más en hacer las cosas y sea un poco pesado preguntando. Pero mejor eso que volver a liarla.
08/04/2025 - Personal